Doble sentido


¿Os cuento una anécdota?

No me conocía a mí misma hasta que no me encontré con alguien igual a mí. 
Tampoco sabía lo que tenía hasta que lo perdí. Ni he sabido hasta ahora lo que quería gracias al hecho de haberlo encontrado.

Parecen frases hechas. Dichas por la sociedad de forma descontrolada. Repetidas tantas veces que acaba perdiendo el sentido real.

Yo las dije muchas veces. Ahora las vuelvo a repetir, pero de forma distinta. Ahora comprendo cada una de estas palabras. Las siento dentro de mí.

Perdí lo que más quería. Encontré a una persona que era tan parecida a mí que la odiaba con todas mis fuerzas (¿tendrán esa visión de mí los demás?). Y ahora estoy hallando mi camino próximo. Un futuro, que sin conocerlo y quererlo, se está volviendo embriagador.

A veces las palabras sin sentido nos consuelan en un momento determinado. En otras ocasiones, hallamos nuestro camino en las mismas palabras que anteriormente solo nos habían satisfecho de manera ocasional. 

Eva Lermas Fernández

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