Sabor a fresa
No sabía que sus golpes
pudiendo saber a fresas
serían tan dolorosos y,
a su vez, con tanta
belleza.
¿Cuándo fue la última
vez
que me dijiste “te
quiero”?
Todos los días de mi
vida.
Un “te quiero” que
mataba,
que me destruía por dentro.
¿Cómo no me di cuenta
que tu amor era
posesión?
Que tus besos eran
veneno
envueltos en lindas
rosas blancas.
Una vida llena de
cariño,
orgullo sobre mi
totalidad:
“Cariño eres lo mejor
que
me ha pasado en la
vida”.
Pero no sabía que tales
golpes
sabiendo a chocolate
entre mis labios
pudieran ser tan
dolorosos.
Y no me di cuenta,
que poco a poco,
iba siendo tuya por
completo.
Que esos “te quiero”,
que esos besos con
sabor a fresas
me apartarían de tu
lado.
Porque más que
acercarme a ti
me apartaban a la cruel
realidad.
Porque no sabía que la
palabra “te quiero”
tendría tan grande
significado
cuanto más lejos estaba
de tu lado.
Lara Evems
Comentarios
Publicar un comentario