La Virgen del Carmen
Este poema está dedicado a la Virgen del Carmen, en honor al 250º aniversario de la misma en San Fulgencio.
Así viniste: frágil, hermosa.
Apareciste de entre los
mares
rodeando de calidez a los
hombres que lo necesitasen,
ofreciendo tu perdón,
Virgen del Carmen.
Tu sonrisa y caridad
iluminó
a los hombres de antaño
que,
rezando ante Dios con
lágrimas temblorosas,
pedían a una Santa que
los amparase.
Y así continuó tu camino,
recorriendo el alma de
los necesitados,
más aún de aquellos
pescadores,
a los que, con tu
presencia, tanto habías alegrado.
Estrella de los mares,
de esta manera te denominaron,
admirando con júbilo
una plegaria que te
dedicaron:
Flor del Carmelo Viña florida,
esplendor del cielo,
Virgen fecunda, singular.
¡Oh Madre tierna, intacta de hombre,
a todos tus hijos proteja tu nombre,
Estrella del Mar!
Y ahora nosotros, tus
hijos,
celebramos con alegría el
día que te hallaron.
Allí, subida en aquel
frondoso monte,
esperando nuestra
llegada,
que ante los ojos de Dios
será festejada.
Doscientos cincuenta años
hace que te imploramos,
por aquellas almas,
caritativas,
que te acercaron a
nuestro poblado.
Y festejando la virtud y
honradez de nuestra Señora,
obsequiamos una gran
ofrenda a los necesitados.
Bailes y misas fueron
tradición en San Fulgencio,
para celebrar la llegada
de nuestra Santa,
siendo en 1946 un año
grandioso,
cuando los lugareños se
volcaron para una buena causa.
Y la Virgen, ya
reformada,
continuó su camino por
nuestras calles,
tan majestuosa y hermosa,
que llenó de júbilo
nuestros corazones.
Los san fulgentinos,
perfumados por su fragancia,
esperamos, ansiosos, la
salida de la Santa.
¡Ya se halla a hombros de
los costaleros,
que, ilusionados, alzan a
la Virgen hacia el cielo!
Ya son 250 años de fe,
culto y devoción,
que se rinde a la Estrella de los mares,
tan hermosa ella,
cubierta de motivos
florales.
No entristezcas, Señora
nuestra,
pues una vez más, te
engrandecemos con nuestra ofrenda.
Lara Evems
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