No corras, fiel amigo
Cálida,
armoniosa, pero lúgubre,
raíces que
brotan sin cesar,
sobre las
nieblas matinales,
camina,
rápido, de manera apresurada,
pero no
caigas, pues sólo tendrás
una única
oportunidad.
Y la
niebla brilla entre los rayos
que temblorosos
aparecen
entre un
cielo amarronado.
Inútilmente
parpadea,
intentando
llamar la atención,
dando la
alarma sobre la calidez
que podría
brillar en el firmamento.
Debería no
apresurarme,
pasear tranquilamente,
por aquellas calles
que tan
sombrías me parecían.
No corras,
fiel amigo,
las raíces
ya no brotan tan ágiles.
No te
pauses, pero camine,
disfruta del
firmamento
que cambia
de color tan caprichosamente.
Completa la
blanca historia,
no pierdas
nada, amigo,
pues lo último
que se pierde,
es la
esperanza.
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