Mi otro yo
Desde el principio supe que era
especial. No sabía con exactitud cuánto aunque mi interior me lo dijera.
Toda amistad comienza charlando,
conociendo a alguien que te despierta esa simpatía y alegría que no puedes
llegar a saber de donde viene. Y es que yo soy de los que piensan que un chico
entiende mejor a una chica y viceversa. Existe una química especial dentro de
personas que las hacen amigables por naturaleza. Sin embargo, yo no reconocí
ese afecto a primera vista.
Despertados esos sentimientos dentro
de mí, comencé a preguntarme: ¿Es posible? La amistad que fue apareciendo entre
nosotros comenzó a despertar dudas en mi cabeza: estaba confundido. Quizá me
abrumaba la idea de tener un amigo del sexo opuesto. Debíamos soportar las
habladurías se sucedían a cada momento, mientras nosotros respondíamos a ellas
silenciosos, con una mirada cómplice que lo decía todo. Nuestra conexión iba más
allá de todo aquello.
Años más tarde, puedo decir que
en ese amigo reside “Mi otro yo”, esa persona que sólo con mirarnos sabemos que
nos ocurre, sin hacer falta ningún tipo de preguntas. Siente lo mismo que yo
siento. Nuestras emociones están conectadas con un vínculo que nada ni nadie
logrará comprender ni destruir. Esa complicidad que sólo encuentro en ese
amigo, que lo hace tan indispensable, que un mundo sin él me parecería un
infierno. Lo quiero como a nadie, es parte de mí. No sabría ponerle otra palabra
a este sentimiento que ahonda en mi interior: “amistad”, esa palabra tan común
y tan difícil de encontrar.
Shin’yu
Y en lo más profundo de mi ser
sabía que nos encontraríamos. Que volveríamos a enlazarnos de tan armoniosa
amistad que tanto habíamos esperado. Tiempos pasados fueron los determinantes
de nuestra separación; fríos y dolorosos recuerdos estuvieron presentes en
nuestra lejanía. Pero ahora todo ha cambiado. Hemos vuelto a la normalidad.
Ambos sabemos los pensamientos de
nuestro otro yo. “Amoríos” dicen
algunos, “atracción” dicen otros. Pero yo digo “aprecio”, “admiración”, “simpatía”,
“estima”, y lo más importante: “hermandad”.
Nos encontramos tan cerca pero a
la vez tan lejos: Familia pero amistad.
Alegrías y tristezas son las que
hemos vivido juntos. Y aun así seguimos adelante con nuestros caminos.
Sabemos que llegará el día de
nuestra despedida. Esperemos que sea en un tiempo lejano. Pero lo que realmente
sabemos es que somos importantes; que la amistad no es aquella que se encuentra
en las buenas situaciones, sino aquella que se queda en las malas, e incluso
cuando no tienes nada más que ofrecer: salvo tu compañía.
Lara Evems
Comentarios
Publicar un comentario