Comprendí

No consigo saciar mi sed de triunfo. En cada subida a una montaña llamada Meta, acabo perdiendo mi voluntad de sacrificio. Es muy duro girar la vista atrás y observar que tu pasado fue excepcional, mientras que el actual se encuentra engullendo tu alma.


       Pude reconocer en mi vida toda gloria y sabiduría; toda alegría y felicidad. No importa la causa que sea: viajes, fiesta, amistad… Todo sacrificio que ofrecía a mi alma contenía un mérito que siempre (o la mayoría de veces) me fue recompensado. No entendía la facilidad de derrota de muchas personas; solo conocía mi futuro, y con ello, la victoria.

Pero la vida dio un giro extraordinario. Los que se sentían débiles, siempre siendo apoyados por los demás; los que no se molestaban por triunfar, ¡ni si quiera lo intentaban!, han acabado encontrando ese triunfo que yo tanto anhelé. Un mérito que debía ser mío fue regalado sin esfuerzo a los demás. Aun así, no perdí la esperanza.

Seguía levantándome cada mañana con una sonrisa en el rostro. Aplaudiendo las glorias de mis allegados, mientras mi vida iba entrando en un profundo túnel sin salida. Intentaba sobrevivir en ese mundo sombrío sin apenas amparo, salvo el de mi familia. Pero mi mente seguía recordando viejas victorias que nunca volverían a suceder.

Todo lo que me apasionaba acabó siendo odiado o despreciado por mis pensamientos. Un diminuto intento de realzar aquellas glorias era la causa de una profunda desesperación, introduciéndome en el abismo. No tendría remedio: estaba destinada al fracaso y al olvido.

Pero mi subconsciente comenzaba a despertar, procurando contradecir a todas aquellas frustraciones. Comprendía que iba a ser difícil; sabía que no volvería a ser la de antes. No tendría la facilidad pasada, ni el apoyo de tanta gente que perteneció a mi vida en aquellos momentos. Era consciente del gran esfuerzo que debía emplear para conseguir una mínima parte de lo que había sido. Pero tenía esperanza.

No estaba segura de los resultados. No conocía mi futuro, no sabía si conseguiría mi meta. Solo entendía que debía superarme cada día para ser una mejor persona. Para triunfar en la vida, para ser feliz, como lo había sido en el pasado.


        Porque la felicidad no es consiste en la visión que poseen los demás sobre tu persona. Comprendí que todo esfuerzo, al fin y al cabo, acabará siendo recompensado. 


Lara Evems



Un sueño -
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DreamerDevil

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